Atracones nocturnos

Los atracones nocturnos forman parte de un espectro de conductas alimentarias que incluyen ingestas de gran volumen y pérdida de control durante la noche, a veces acompañadas de insomnio o despertares reiterados. Desde la psiquiatría clínica, evaluamos no solo la conducta alimentaria sino también el contexto: estado del ánimo, ansiedad, patrones de sueño y uso de sustancias. El objetivo es diseñar un plan que combine psicoeducación, intervenciones conductuales y, cuando aporta valor, farmacoterapia basada en evidencia, con metas funcionales medibles.

¿Qué es y cómo se manifiesta?

Los atracones nocturnos se caracterizan por episodios de ingesta excesiva, con sensación de pérdida de control, que ocurren preferentemente en la noche o tras despertares. No se trata solo de “tener hambre”: influyen el nivel de activación fisiológica, las emociones (culpa, vergüenza, ansiedad) y el sueño. A menudo se asocian a restricciones diurnas, horarios irregulares, trabajo por turnos o estrés sostenido. Sin intervención, el patrón tiende a consolidarse y a producir deterioro metabólico, del ánimo y del funcionamiento.

Diagnóstico y evaluación integral

La evaluación incluye historia detallada de los episodios (frecuencia, hora, disparadores), hábitos de alimentación y sueño, consumo de cafeína/alcohol, nivel de estrés, medicamentos actuales (antidepresivos, estabilizadores, antipsicóticos, hipnóticos), y antecedentes médicos (tiroides, apnea del sueño, metabolismo). Usamos escalas educativas para seguimiento y establecemos una línea basal (peso, IMC, horas de sueño, funcionalidad).

Neurobiología en simple

Los atracones nocturnos surgen de la interacción entre sistemas de recompensa (dopamina), regulación del apetito (leptina/ghrelina), circuitos de control inhibitorio (prefrontal) y ritmos circadianos. Por la noche, disminuye la señal de control y se incrementa la vulnerabilidad al impulso, especialmente si hubo restricción diurna o privación de sueño. El estrés activa eje HPA (cortisol), favoreciendo ingestas rápidas de alta densidad calórica. Intervenciones que mejoran el sueño, ordenan comidas y reducen la hiperactivación emocional tienden a normalizar estos circuitos.

Factores perpetuantes

  • Restricción diurna que conduce a compensación nocturna.
  • Inconsistencia horaria de comidas y sueño.
  • Ambiente facilitador: alimentos ultraprocesados accesibles de noche.

Tratamiento: psicoterapia, hábitos y farmacoterapia

Enfoque conductual: estructurar horarios de alimentación (3 comidas + 1–2 colaciones), reducir la restricción diurna, exposición con prevención de respuesta a estímulos nocturnos (quedarse con el impulso sin actuar, con guías breves de respiración/atención), y resolución de problemas para planificar situaciones de riesgo (turnos, viajes, estrés). Se incorporan estrategias de regulación emocional y registro de episodios con disparadores y consecuencias.

Plan práctico en 8 semanas (ejemplo)

  1. S1–2: Psicoeducación + registro. Estructura de comidas y protocolo de “pausa nocturna” de 10–15 min con herramientas de regulación.
  2. S3–4: Exposición con prevención de respuesta a estímulos nocturnos. Reforzar estrategias de sueño.
  3. S5–6: Resolución de problemas, reestructuración de horarios complejos (turnos), metas conductuales.
  4. S7–8: Prevención de recaídas, guion para “semanas rojas”, ajuste farmacológico si procede y métricas de consolidación.

Test educativo (tamizaje no diagnóstico)

Evalúa la frecuencia en los últimos 14 días. Opciones: 0 Nunca · 1 Varios días · 2 Más de la mitad · 3 Casi todos los días. El resultado te orienta sobre áreas a trabajar (no reemplaza evaluación clínica).

Preguntas frecuentes

¿La medicación siempre es necesaria?

No. La base es conductual y de hábitos. La farmacoterapia se considera cuando hay comorbilidad ansioso-depresiva relevante, impulsividad marcada o fracasos previos con intervención conductual sola. Toda indicación es individual.

¿En cuánto tiempo puedo notar cambios?

Con un plan estructurado, muchos pacientes observan reducción de episodios en 4–8 semanas. Consolidar cambios de sueño, alimentación y manejo emocional toma más tiempo.

¿Puedo hacer telemedicina?

Sí. La evaluación y el plan pueden realizarse por Zoom de forma segura. Si se requiere examen físico o estudios específicos, coordinamos derivaciones.

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