¿Qué es y cómo se manifiesta?
Los atracones nocturnos se caracterizan por episodios de ingesta excesiva, con sensación de pérdida de control, que ocurren preferentemente en la noche o tras despertares. No se trata solo de “tener hambre”: influyen el nivel de activación fisiológica, las emociones (culpa, vergüenza, ansiedad) y el sueño. A menudo se asocian a restricciones diurnas, horarios irregulares, trabajo por turnos o estrés sostenido. Sin intervención, el patrón tiende a consolidarse y a producir deterioro metabólico, del ánimo y del funcionamiento.
- Ingestas grandes con sensación de pérdida de control, principalmente nocturnas.
- Relación con insomnio, cansancio diurno y variaciones del ánimo.
- Emociones posatracón: culpa, malestar físico, autorreproches; reforzamiento del ciclo.
- Comorbilidad frecuente: ansiedad, depresión, TDAH, trastornos del sueño y consumo de alcohol.
En la práctica clínica utilizamos criterios orientativos: episodios recurrentes (≥ 1/semana por ≥ 3 meses), ingesta claramente superior a lo habitual en un período corto y pérdida de control. Evaluamos si existen conductas compensatorias (vómitos, ejercicio extremo) y diferenciamos de otros cuadros (p. ej., síndrome de ingesta nocturna). El diagnóstico formal requiere entrevista clínica; las herramientas de tamizaje son de apoyo, no sustituyen la evaluación.
Diagnóstico y evaluación integral
La evaluación incluye historia detallada de los episodios (frecuencia, hora, disparadores), hábitos de alimentación y sueño, consumo de cafeína/alcohol, nivel de estrés, medicamentos actuales (antidepresivos, estabilizadores, antipsicóticos, hipnóticos), y antecedentes médicos (tiroides, apnea del sueño, metabolismo). Usamos escalas educativas para seguimiento y establecemos una línea basal (peso, IMC, horas de sueño, funcionalidad).
- Síndrome de ingesta nocturna: ingestas pequeñas tras despertares, más relación con insomnio y ritmos circadianos.
- Bulimia nerviosa: atracones con conductas compensatorias regulares.
- Trastorno por atracones: atracones en cualquier horario; evaluar patrón predominante nocturno.
- Trastornos del sueño: apnea, insomnio crónico; pueden agravar los atracones.
- Efectos farmacológicos: ciertos antipsicóticos, estabilizadores y antidepresivos pueden aumentar el apetito.
Urgencias o “banderas rojas”: pérdida de peso significativa no explicada, deshidratación, síncope, alteraciones electrolíticas, ideación suicida o consumo de riesgo. Estos escenarios requieren manejo prioritario y, en ocasiones, derivación a urgencias.
Neurobiología en simple
Los atracones nocturnos surgen de la interacción entre sistemas de recompensa (dopamina), regulación del apetito (leptina/ghrelina), circuitos de control inhibitorio (prefrontal) y ritmos circadianos. Por la noche, disminuye la señal de control y se incrementa la vulnerabilidad al impulso, especialmente si hubo restricción diurna o privación de sueño. El estrés activa eje HPA (cortisol), favoreciendo ingestas rápidas de alta densidad calórica. Intervenciones que mejoran el sueño, ordenan comidas y reducen la hiperactivación emocional tienden a normalizar estos circuitos.
Factores perpetuantes
- Restricción diurna que conduce a compensación nocturna.
- Inconsistencia horaria de comidas y sueño.
- Ambiente facilitador: alimentos ultraprocesados accesibles de noche.
- Regulación emocional basada en la comida (alivio rápido → refuerzo).
- Ansiedad nocturna y rumiación que aumenta el impulso.
- Culpa y evitación que mantienen el ciclo sin pedir ayuda.
- Privación de sueño → ↑ ghrelina, ↓ leptina, ↑ apetito.
- Estrés crónico → activación simpática y búsqueda de recompensa.
- Fármacos orexígenos (p. ej., algunos antipsicóticos/estabilizadores).
Tratamiento: psicoterapia, hábitos y farmacoterapia
Enfoque conductual: estructurar horarios de alimentación (3 comidas + 1–2 colaciones), reducir la restricción diurna, exposición con prevención de respuesta a estímulos nocturnos (quedarse con el impulso sin actuar, con guías breves de respiración/atención), y resolución de problemas para planificar situaciones de riesgo (turnos, viajes, estrés). Se incorporan estrategias de regulación emocional y registro de episodios con disparadores y consecuencias.
La medicación se valora caso a caso: ISRS/IRNS si hay comorbilidad ansioso-depresiva relevante; naltrexona/bupropión en pacientes seleccionados con sobrepeso y atracones; topiramato (dosis bajas, monitorizando cognición) puede reducir impulsividad alimentaria; considerar agonistas GLP-1 cuando corresponde por perfil metabólico y criterios de indicación. Si el atracón está relacionado con fármacos orexígenos previos, revisar esquemas y opciones con menor impacto en apetito. Toda prescripción requiere evaluación clínica, control de efectos y metas objetivas (frecuencia de atracones, sueño, peso, funcionalidad).
- Higiene de sueño estricta: horario estable, luz matinal, evitar pantallas en la última hora.
- Ambiente nocturno seguro: alimentos gatillo fuera de alcance, alternativas proteicas/altas en fibra disponibles.
- Actividad física regular (aumenta control inhibitorio y calidad de sueño).
Plan práctico en 8 semanas (ejemplo)
- S1–2: Psicoeducación + registro. Estructura de comidas y protocolo de “pausa nocturna” de 10–15 min con herramientas de regulación.
- S3–4: Exposición con prevención de respuesta a estímulos nocturnos. Reforzar estrategias de sueño.
- S5–6: Resolución de problemas, reestructuración de horarios complejos (turnos), metas conductuales.
- S7–8: Prevención de recaídas, guion para “semanas rojas”, ajuste farmacológico si procede y métricas de consolidación.
Test educativo (tamizaje no diagnóstico)
Evalúa la frecuencia en los últimos 14 días. Opciones: 0 Nunca · 1 Varios días · 2 Más de la mitad · 3 Casi todos los días. El resultado te orienta sobre áreas a trabajar (no reemplaza evaluación clínica).
Preguntas frecuentes
¿La medicación siempre es necesaria?
No. La base es conductual y de hábitos. La farmacoterapia se considera cuando hay comorbilidad ansioso-depresiva relevante, impulsividad marcada o fracasos previos con intervención conductual sola. Toda indicación es individual.
¿En cuánto tiempo puedo notar cambios?
Con un plan estructurado, muchos pacientes observan reducción de episodios en 4–8 semanas. Consolidar cambios de sueño, alimentación y manejo emocional toma más tiempo.
¿Puedo hacer telemedicina?
Sí. La evaluación y el plan pueden realizarse por Zoom de forma segura. Si se requiere examen físico o estudios específicos, coordinamos derivaciones.
Reserva tu hora — Telemedicina (Zoom)
Cómo agendar: elige un cuadro verde (hora disponible), completa el formulario y confirma. Te llegará el correo con instrucciones de pago; el enlace de Zoom se envía luego del pago.